En aquellos años, las carreras profesionales se veían obstaculizadas por la falta de centros de estudios superiores en el país, lo que no fue óbice para que Don Eduardo, convertido en magnífico autodidacta, se dedicara con afán y constancia al estudio del Derecho, lo que recordaba diciendo: “Mi escuela fue el trabajo, mi universidad la vida”. En 1923 obtiene de la Corte Suprema de Justicia su idoneidad para ejercer la profesión de abogado, misma en la que sobresalió por sus éxitos en la defensa de los derechos de las personas que requerían protección legal frente a los abusos y arbitrariedades de algunos funcionarios y empresas poderosas.
En el año 1945 el Dr. Morgan Alvarez, marca un hito importante en la historia jurídica del país al ser responsable de la creación de jurisprudencia laboral que favoreció a los trabajadores de la frutera de Puerto Armuelles, al ganar el caso pro-bono, en defensa de los obreros. Adicionalmente, promueve la Ley de Autonomía para los Educadores logrando grandes avances para este sector.
El Dr. Morgan Alvarez, no solamente dedica su vida al ejercicio del Derecho, si no también deja un legado a la dedicación y servicio a la comunidad ya que desde muy joven fue periodista y fundador de dos diarios nacionales, luchador por la dignidad y soberanía del país.
En honor a su legado, la fundación lleva su nombre: Fundación Eduardo Morgan (FUNDAMORGAN).
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